lundi 7 octobre 2013

El Zinemaldi, desde dentro

Por Andrea Burón

No es la primera vez que asisto al Festivalde Cine de San Sebastián. En 2008, pude ver a la maravillosa Meryl Streep deleitando a la prensa con frases como “a veces tengo que leerme mi propio currículum para acordarme de las películas que he hecho”. Dos años después, cumplí mi sueño –uno de los muchos que tengo-: vi a Julia Roberts acompañada de un Javier Bardem extremadamente simpático. La novia de América prohibió tajantemente las fotos mientras hablaba... ya sabéis, cosas de estrellas. Aún así, me siguió pareciendo espectacular.


Este año, no fue el placer, sino el trabajo (que más adelante os desvelaré) lo que me llevó a este lugar. Si bien la 61 edición del festival se celebró del 20 al 28 de septiembre, nuestro gremio (productores, canales de televisión, directores, etc.) tenía cita del 23 al 25 en el Industry Club, un espacio donde pudimos charlar, aportar ideas, asistir a pitchings e incluso cerrar algún que otro negocio. Y allí estaba yo, feliz de la vida, paseando con mi acreditación por las calles de una de las ciudades más bellas del mundo (y eso que soy bilbaína), como si al quitármela perdiera los poderes mágicos. 


Fueron días intensos de trabajo, pero hubo tiempo para todo. Tuvimos la suerte de que la temperatura no bajó de los 30 grados centígrados y pudimos bañarnos en La Concha. Desayunar cada día un pintxo de tortilla con un café con leche no tiene precio… o sí. 

La primera noche comprobé que la histeria fanática no tiene límites al ver llegar a Mario Casas. Las niñas lloraban y vi algo de mí en ellas, en esa intensidad que todas las groupies llevamos dentro. También estuvieron presentes Hugo Silva, Carolina Bang y Carmen Maura, premio Donostia 2013. “Me gustaría ser la primera actriz española premiada de muchas otras españolas que vendrán después”, dijo cuando recibió La Concha de plata por parte del director de su última película, Alex de la Iglesia. En efecto, todos se encontraban allí para promocionar Las brujas de Zugarramurdi, un largometraje que no entraba en concurso y que ya está en los cines.



A lo largo de la semana, también asistí a la rueda de prensa de Oliver Stone (me sorprendió la escasa presencia de medios) y a la entrega del premio La Rotonda a Juan Mari Arzak, con el que crucé un par de palabras que me supieron a gloria. El galardón se lo dio mi amiga Maite Eskarmendi, colaboradora de ETB.


Y tan rápido como llegaron, se fueron los días. Me quedé sin ver a Hugh Jackman ni a Unax Ugalde, pero mereció la pena haber pasado un tiempo en ese lugar tan maravilloso en el que en esos días solo se respiraba cine.


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